jueves, 19 de mayo de 2016

Sobre Amistad y más cosas.....

Quizás por el momento en que actualmente me encuentro, me he atrevido a escribir sobre la Amistad y muchas cosas más.

Es difícil intentar dar significado a un concepto tan difuso como éste y para ello,  voy a  apoyarme en la definición oficial que establece la RAE. 

A partir de ahí, intentaré explicar qué significa para mí o para mi forma de entender, el concepto que nos ocupa.

Pues bien, según la RAE, la Amistad es el afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato.

Es una relación entre dos o más personas, basada en la comunicación, la comprensión, el cariño y, como no, el afecto y amor.

Forma parte de nosotros en el momento que comenzamos a comunicarnos. Es ahí, cuando comenzamos a establecer y forjar numerosas relaciones interpersonales en las que volcar nuestros sentimientos, de una forma más o menos intensa o, con mayor o menor grado de implicación, dependiendo de la afinidad, intensidad y reciprocidad afectiva que percibimos en los otros.

Científicamente, está demostrado que la amistad anima el alma y estimula el corazón. Se conocen sus efectos beneficiosos para la salud: activa alguna de nuestras áreas del cerebro y libera sustancias hormonales que favorecen la relajación y el bienestar; muy similar a la sensación que nos produce hacer ejercicio o correr.

Un profundo sentimiento de amistad activa áreas muy particulares ya que, lo que sentimos cuando mantenemos relaciones interpersonales con personas afines a nosotros, nos provocan cierto reconocimiento, cerrando el paso a la agresividad, la desconfianza o la defensa de nuestra propiedad o territorio. Y yo aquí, debo confesar que, soy una persona que no tiene problemas para establecer cualquier tipo de relación social con personas afines o no, a mi forma y manera de ser. Suelo ser bastante confiada y generosa con aquellos que quieren entrar o formar parte de mi círculo de amistad.

Para mí, la amistad significa encontrar ayuda y consuelo sin tener que dar nada a cambio. No es posesión, ni obligación sino que por el contrario, es libertad para establecer un vínculo afectivo recíproco. Ese es mi concepto de amistad.

El significado de la amistad y el tener amigos es algo que se instaura en la infancia y estas primeras adquisiciones influyen en nuestro desarrollo posterior. Al principio, el niño se relaciona básicamente con su familia (padres, hermanos…), pero poco a poco, a partir de que comienza la edad escolar, se inicia en el proceso de socialización así como, el proceso de maduración comenzando a establecer los primeros lazos afectivos fuera de su hogar, es aquí donde comienza a conformarse “nuestra personalidad”. Es increíble, cuando llegamos a la edad adulta, ver que nuestros círculos de amigos, con los que más afinidad tenemos, son aquellos que conservamos desde la niñez o infancia.

Al igual que en las relaciones de pareja, considero la amistad como una especie de relación íntima de dar y recibir y, según la pirámide de jerarquía de necesidades humanas de Maslow; la amistad se correspondería con las necesidades de “afiliación”: el amor, el afecto y la pertenencia o afiliación a un cierto grupo social son necesidades que se presentan continuamente en la vida diaria, cuando el ser humano muestra deseos de casarse, de tener una familia, de ser parte de una comunidad, etc.

Responde a las necesidades humanas de seguridad, aprobación de los demás, estar acompañado y sentirse comprendido y querido. 

La amistad es una forma de enriquecimiento personal, aprendemos a dar y recibir cariño, a ser más generosos, pero además podemos aprender de las experiencias del otro, de sus conocimientos y vivencias. Esto nos ayuda y es necesario para crecer y madurar, ya que como he mencionado anteriormente, ayuda a forjar nuestra personalidad. Si no es así, quizás no sea una verdadera amistad lo que tenemos.

Por tanto, debemos saber discriminar a aquellas personas que se acercan a nuestro espacio con un interés o propósito. Éstas no son verdaderas amistades. Es lo que comúnmente conocemos como “personas interesadas” o “amigos sociales”. De esas amistades, hay que apartarse  ya que son tóxicas para nuestra persona.

Hay mucha literatura al respecto de cómo identificar o incluso apartarse de esas “amistades tóxicas”.

Por suerte, yo puedo decir que cuento con verdaderas amistades que he ido estableciendo a lo largo de mi vida pero, quizás en estos últimos años, he consolidado aquellas amistades que siento que están a mi lado porque realmente me quieren tal y como soy y, que me demuestran todos los días que están ahí cuando verdaderamente los necesito, sin intereses y sin toxicidad.

Esta foto que adjunto a mi post, reconoce a cada una de esas personas que siento a mi lado y a las que quiero mantener cerca ya que me han ayudado en momentos duros, me respetan, me quieren por como soy, sin interés, me acepta y sobre todo, me hacen reír. No entendería mi vida hoy, sin ellas.'



lunes, 16 de mayo de 2016

Marta tiene una estrella.

Marta notaba que algo pasaba. 

Mama le daba besos y papa lloraba mucho.  Estaba triste.

Mamá la había recogido en el cole y la había dejado en casa de una amiga que tenía un gatito llamado Juma.

Cuando volvían a casa, mamá le explicó que ahora tendría una estrella de las de verdad, de las que hay en el cielo y se ven de noche. 

De las que brillan con fuerza!!!

Mientras hablaban, se sentaron en un banco del parque y observaron el cielo y, allí estaba su estrella.

Era diferente y repleta de luz.

Esa estrella era muy especial: porque ahora su abuela vivía allí y , siempre para recordarla, podría buscarla en el cielo.

De esa manera siempre podría verla .

FIN